Fibromialgia (Spanish)

La fibromialgia no es una enfermedad articular, sino una enfermedad musculoesquelética

Este artículo está editado por Giovanni Minisola, presidente emérito de la Sociedad Italiana de Reumatología.

En Italia, al menos 2 millones de personas la padecen, principalmente mujeres. La fibromialgia se manifiesta como un dolor generalizado en los músculos, las articulaciones y los huesos. Sus síntomas pueden sugerir enfermedad articular. De hecho, la fibromialgia no tiene nada que ver con la artritis y no provoca deformidades en las muñecas, codos, rodillas, dedos o tobillos.

El dolor asociado con la fibromialgia es tan intenso que, a menudo, quienes padecen la enfermedad sienten que llevan una carga insoportable sobre sí mismos. De ahí la definición de la enfermedad de Atlas, el nombre del gigante griego mitológico rebelde contra Zeus que estaba condenado a llevar el mundo sobre sus hombros.

Los síntomas que caracterizan la enfermedad son:

  1. dolor generalizado;
  2. trastornos del sueño;
  3. dolor de cabeza;
  4. fatiga;
  5. rigidez articular;
  6. Intestino irritable;
  7. hormigueo;
  8. desórdenes menstruales;
  9. sensación de hinchazón en las manos;
  10. ansiedad.

Las personas con fibromialgia a menudo también tienen problemas psicológicos, que involucran la esfera afectiva y cambios de humor.

Quienes, como el sujeto con fibromialgia, viven con dolor crónico pueden sentirse más fácilmente deprimidos por la persistencia de los síntomas y la dificultad para afrontarlos.

En los pacientes con fibromialgia, el umbral del dolor se reduce debido a la alteración de la transmisión y percepción de los estímulos dolorosos en el sistema nervioso central.

La fibromialgia a veces se diagnostica tarde y con dificultad porque los síntomas son genéricos y, a menudo, similares a los de otras enfermedades, no solo de naturaleza reumática.

Hay muchos factores diferentes que pueden desencadenar la fibromialgia en un sujeto predispuesto: entre ellos eventos estresantes, enfermedades, fatiga excesiva del cuerpo y la mente, microtraumatismos repetidos en los músculos.

Es el reumatólogo especialista, con la imprescindible colaboración del médico de familia, quien establece el “plan de tratamiento” más adecuado para cada persona.

A menudo, es necesario un abordaje global para tratar la fibromialgia, involucrando a varios profesionales: primero el reumatólogo, pero también el terapeuta de rehabilitación, el neuropsiquiatra y el psicólogo.

En el caso de la fibromialgia, a menudo se recetan medicamentos que reducen el dolor y mejoran la calidad del sueño, pero no siempre con éxito.

Los medicamentos que han demostrado ser más efectivos a lo largo de los años para tratar la fibromialgia son los antidepresivos, los relajantes musculares y los anticonvulsivos. La cortisona está contraindicada.

Los programas de ejercicio a menudo se combinan con medicamentos para relajar y reducir la tensión muscular.

Siempre es bueno evitar la humedad y realizar actividad aeróbica regular de bajo o nulo impacto.

La actividad física suele ir asociada a la terapia cognitivo-conductual que ayuda al paciente a vivir con la enfermedad, a comprenderla ya aceptarla.

En todos los casos, una buena relación médico-paciente es fundamental.

Las respuestas a las preguntas son generales e indicativas. Para una opinión detallada, siempre recomendamos que consulte a su médico de familia que conoce el cuadro clínico general del paciente.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *